diumenge, 29 de maig del 2011

CRÓNICA DE LA ASAMBLEA MIENTRAS SE JUGABA LA FINAL DE LA COPA DE EUROPA

La asamblea de hoy ha tenido dos temas estrella. Hemos estado debatiendo un buen rato de los portavoces. Se han escuchado más ovaciones a favor de las propuestas que argumentaban la total horizontalidad asamblearia, tanto para la organización del funcionamiento como en la relación con los medios de comunicación y los poderes jurídicos . Pero tampoco faltaban intervenciones a favor de la conveniencia de existencia de portavoces. Eso sí, que no tengan condición de permanentes, ni mucho menos que puedan tener capacidad decisoria. Tendríamos que tener en cuenta que si no tenemos portavoces, necesitaremos fortalecer nuestra comunicación en la red: puesto que toda la ciudadanía tiene acceso a las asambleas las decisiones de las asambleas tienen que llegar a toda la ciudadanía, efectiva, puntual y rigurosamente. Tenemos toda la red para comunicarnos, dentro de la ciudad, con las otras asambleas de la Isla, informar para la creación en los pueblos dónde todavía no están funcionando, coordinarse con las demás asambleas .
La relación con la prensa puede funcionar perfectamente mediante comunicados y la invitación a leer el contenido de nuestros documentos. En cuanto a las cuestiones jurídicas nos son más favorables si no existe ningún “responsable”; en cualquier caso, un portavoz es tan sólo el que transmite el mensaje que emite un colectivo. Ahí faltan dos puntualizaciones, la figura de los portavoces rotatorios implica un gran empeño por parte de todos nosotros y el riesgo de que acabe siendo un turno de las mismas personas.

La cacerolada ha vuelto a sonar, pero con formato de ruego. La oportunidad de sitio y de lugar han sido puestas en cuestión, también la posible impertinencia de un tema que ya había sido decidido. Es verdad que ayer se acordó, en votación, que se haría en la Plaza de Islandia el día de relevo político municipal. Pero hoy buscábamos consensos, no mayorías. Puede que una solución de consenso sea dotar a las caceroladas de un contenido ritual. Ofrecer a cada cambió de turno en las entidades representativas una cacerolada participativa, da lo mismo que sea Ayuntamientos, Consell, Parlament o Govern. El dónde es fácil, dónde la ley no lo prohíba y la resonancia sea más efectiva. Puede que haya de ser escalonado, la primera concentrada en un solo sitio, luego en cada barrio y, en un último estadio, cada uno dónde quiera, repartidos por la ciudad, y que sea oída por todas las personas. ¿Hasta cuando? Hasta que sea un ritual festivo con el que asustamos a los tiempos pasados para que no vuelvan.

También nos ha alegrado la comunicación de la extensión del movimiento a, por lo menos, dos ciudades de Chile, así como a diversos pueblos de la Isla. Por un lado el movimiento se extiende por todos los continentes, no es un virus haraganero español.

Pero quizás sea más importante el hecho de que se extienda a pueblos y que sean concurridas. Cada población tiene que tener su asamblea para poder decidir dónde hacer la cacerolada contra el ritual de las poltronas.

Yuso, 29M

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